La transición hacia un modelo energético sostenible representa uno de los mayores desafíos y oportunidades de nuestro tiempo. Las energías renovables han evolucionado desde alternativas experimentales a pilares fundamentales del desarrollo energético mundial, ofreciendo soluciones viables frente a la crisis climática. En la actualidad, tecnologías como la solar fotovoltaica, eólica, biomasa e hidráulica están transformando radicalmente el panorama energético global, con costes cada vez más competitivos y eficiencias récord que superan las expectativas iniciales del sector.
El avance acelerado de estas tecnologías limpias está redefiniendo las posibilidades energéticas, especialmente en regiones con abundantes recursos naturales como España y Latinoamérica. Los sistemas de almacenamiento energético han evolucionado paralelamente, permitiendo superar uno de los mayores obstáculos históricos: la intermitencia. Este progreso no solo responde a imperativos ambientales, sino que también representa una oportunidad económica sin precedentes, generando empleo cualificado y atrayendo inversiones millonarias en infraestructuras y desarrollo tecnológico.
Panorama actual de las energías renovables en España y latinoamérica
España se ha consolidado como uno de los referentes europeos en materia de energías renovables, con una capacidad instalada que superó los 66 GW en 2023, representando casi el 60% de la potencia total del sistema eléctrico nacional. El impulso ha sido particularmente notable en el sector fotovoltaico, que experimentó un crecimiento del 26% respecto al año anterior, añadiendo más de 4 GW de nueva capacidad. Esta evolución responde a factores como la abundancia de recursos solares, la reducción de costes tecnológicos y un marco regulatorio cada vez más favorable.
En el contexto latinoamericano, países como Chile, Brasil y México lideran la implementación de tecnologías limpias, aprovechando sus extraordinarios recursos naturales. Chile ha conseguido que más del 30% de su matriz energética provenga de fuentes renovables, con proyectos emblemáticos como la planta Cerro Dominador, que combina tecnología solar de concentración (CSP) con almacenamiento térmico. Brasil, por su parte, mantiene una matriz predominantemente renovable gracias a su capacidad hidroeléctrica, complementada con un creciente desarrollo eólico en el nordeste del país.
El potencial de crecimiento en ambas regiones es extraordinario , especialmente considerando las metas climáticas establecidas en acuerdos internacionales. España pretende alcanzar 81 GW de capacidad renovable para 2030, mientras que países como Colombia han establecido objetivos para que el 70% de su capacidad instalada provenga de fuentes limpias en ese mismo horizonte temporal. Estos compromisos están respaldados por ambiciosos planes de inversión y marcos regulatorios favorables que están acelerando la transición energética.
Las subastas de renovables han sido instrumentos fundamentales para impulsar el sector. En España, las últimas convocatorias han adjudicado más de 6 GW de nueva capacidad con precios que reflejan la competitividad creciente de estas tecnologías. En Latinoamérica, países como Colombia y Argentina han implementado sistemas similares, logrando precios récord para la energía solar y eólica que, en algunos casos, se sitúan por debajo de los 30 USD/MWh, compitiendo directamente con las fuentes convencionales sin necesidad de subsidios.
La transición energética no es solo una necesidad ambiental, sino una oportunidad económica sin precedentes que está generando miles de empleos cualificados y atrayendo inversiones millonarias en infraestructuras y desarrollo tecnológico.
Tecnologías fotovoltaicas avanzadas y sistemas solares de concentración
La innovación en el sector fotovoltaico ha experimentado un ritmo vertiginoso durante la última década, consiguiendo reducir los costes de generación en más de un 85% mientras se incrementan significativamente las eficiencias. Los paneles convencionales han evolucionado desde eficiencias del 15% a superar el 22% en aplicaciones comerciales, mientras que en laboratorio ya se han alcanzado valores cercanos al 50% con tecnologías multiunión. Esta evolución no solo mejora el rendimiento sino que reduce la superficie necesaria para instalaciones a gran escala.
Los sistemas de concentración solar (CSP) han complementado el avance fotovoltaico, ofreciendo la ventaja fundamental del almacenamiento térmico integrado. Esta característica permite superar la intermitencia inherente a la generación solar, proporcionando electricidad gestionable incluso durante periodos nocturnos. Ambas tecnologías representan aproximaciones complementarias que están transformando el paisaje energético, especialmente en regiones con alta radiación como el sur de España y el desierto de Atacama.
Paneles bifaciales y su implementación en el parque solar núñez de balboa
Los paneles bifaciales representan una de las innovaciones más significativas del sector fotovoltaico, permitiendo captar radiación solar por ambas caras del módulo. Esta tecnología aprovecha la luz reflejada en el suelo (albedo), incrementando la producción entre un 5% y un 30% según las condiciones de instalación, sin aumentar significativamente los costes de fabricación. La mayor eficiencia por unidad de superficie instalada supone una optimización crucial del espacio, especialmente relevante cuando se compite con otros usos del territorio.
El parque solar Núñez de Balboa, ubicado en Extremadura (España), constituye un ejemplo paradigmático de implementación a gran escala de esta tecnología. Con una capacidad instalada de 500 MW y una producción anual estimada de 832 GWh, suficiente para abastecer a 250.000 hogares, este complejo utiliza paneles bifaciales en aproximadamente el 30% de su superficie. Los resultados operativos confirman incrementos de producción superiores al 10% en las áreas equipadas con esta tecnología, validando su viabilidad comercial para proyectos de gran envergadura.
Tecnología de película fina CIGS y aplicaciones en áreas urbanas
Los módulos de película fina basados en CIGS (Cobre, Indio, Galio y Selenio) representan una alternativa prometedora a los paneles convencionales de silicio cristalino. Su principal ventaja radica en la flexibilidad del material y su reducido peso, permitiendo integraciones arquitectónicas que serían imposibles con tecnologías convencionales. Aunque su eficiencia comercial (entre 16-18%) es ligeramente inferior a los paneles convencionales, su rendimiento superior en condiciones de baja luminosidad los hace especialmente adecuados para entornos urbanos con sombras parciales.
En áreas urbanas, donde el espacio disponible es limitado y las construcciones existentes dificultan la instalación de sistemas tradicionales, la tecnología CIGS está abriendo nuevas posibilidades. Proyectos como las fachadas fotovoltaicas integradas en edificios corporativos en Madrid o Barcelona demuestran el potencial de esta tecnología para convertir superficies verticales en generadores de energía. Un caso destacable es el edificio CIEM
en Zaragoza, donde paneles CIGS integrados en la fachada contribuyen a su clasificación como edificio de energía casi nula (NZEB).
Sistemas de seguimiento solar dual-axis en la planta atacama 1
Los sistemas de seguimiento solar de doble eje representan la evolución más avanzada en optimización de captación solar, permitiendo orientar los paneles continuamente hacia el sol tanto en azimut como en elevación. Esta tecnología incrementa la producción entre un 30% y un 45% respecto a instalaciones fijas, maximizando el aprovechamiento energético, especialmente en regiones con alta radiación directa. A pesar de requerir mayor mantenimiento y espacio entre paneles, su rentabilidad está demostrada en proyectos a gran escala.
La planta Atacama 1, ubicada en el desierto chileno, combina tecnología fotovoltaica con sistemas de concentración solar, implementando seguimiento de doble eje en su sección fotovoltaica de 100 MW. Las condiciones excepcionales de radiación en esta región (superiores a 3.500 kWh/m²/año) maximizan el rendimiento de estos sistemas, consiguiendo factores de capacidad superiores al 36%, valores excepcionalmente altos para tecnología solar. Los datos operativos confirman incrementos de producción superiores al 40% respecto a configuraciones fijas, justificando plenamente la inversión adicional en estos mecanismos.
Almacenamiento térmico con sales fundidas en proyectos como gemasolar
El almacenamiento térmico mediante sales fundidas representa una solución revolucionaria para la gestionabilidad de la energía solar, permitiendo desacoplar el momento de captación solar del de generación eléctrica. Este sistema utiliza una mezcla de nitratos (60% NaNO₃ y 40% KNO₃) que se calienta hasta 565°C durante el día y posteriormente libera ese calor para generar vapor y electricidad incluso durante periodos nocturnos. La capacidad de almacenamiento puede extenderse hasta 15 horas de operación continua, transformando la energía solar en una fuente despachable comparable a las centrales convencionales.
La planta Gemasolar, ubicada en Sevilla (España), fue pionera mundial en la implementación comercial de esta tecnología de torre central con almacenamiento. Con una capacidad instalada de 19,9 MW, cuenta con 2.650 heliostatos que concentran la radiación solar en un receptor situado en una torre de 140 metros de altura. Su sistema de almacenamiento de 15 horas le permite operar ininterrumpidamente durante 24 horas en periodos de máxima radiación, logrando factores de capacidad superiores al 60%, valores inéditos para tecnologías renovables variables.
Energía eólica terrestre y marina: avances tecnológicos recientes
La energía eólica ha experimentado una revolución tecnológica que ha multiplicado su eficiencia y reducido drásticamente sus costes de generación. Las turbinas actuales poco tienen que ver con los primeros aerogeneradores comerciales: mientras en la década de 1990 las máquinas típicas tenían potencias de 500 kW y diámetros de rotor inferiores a 40 metros, actualmente es común encontrar turbinas de 6 MW con rotores que superan los 160 metros de diámetro. Esta evolución ha permitido captar vientos a mayores alturas y aprovechar recursos anteriormente inviables.
El desarrollo de la energía eólica marina representa otra frontera tecnológica crucial, permitiendo aprovechar vientos más intensos y constantes que los disponibles en tierra firme. Inicialmente limitada a aguas poco profundas mediante cimentaciones fijas, las innovaciones en plataformas flotantes están abriendo el potencial de aguas profundas a distancias considerables de la costa. Esta evolución está cambiando radicalmente las perspectivas del sector, especialmente en países con plataformas continentales abruptas como España, Portugal o Chile.
Aerogeneradores sin engranajes y el parque eólico el cortijo
Los aerogeneradores de accionamiento directo (sin multiplicadora) representan una evolución significativa en la tecnología eólica, eliminando uno de los componentes más críticos y susceptibles de fallos. Esta tecnología sustituye la tradicional caja multiplicadora por generadores de imanes permanentes de gran diámetro que operan a la misma velocidad del rotor. Las ventajas son múltiples: mayor fiabilidad, menores requerimientos de mantenimiento, reducción de ruido y mejor comportamiento a bajas velocidades de viento, aspectos críticos para la rentabilidad a largo plazo de los proyectos.
El Parque Eólico El Cortijo, ubicado en Tamaulipas (México), constituye un ejemplo de implementación masiva de esta tecnología, con 61 aerogeneradores sin multiplicadora que suman 183 MW de potencia instalada. Los datos operativos muestran disponibilidades superiores al 98%, con costes de mantenimiento significativamente inferiores a los parques con tecnología convencional. Esto ha permitido alcanzar precios de generación inferiores a 18 USD/MWh en las últimas subastas mexicanas, demostrando la competitividad de esta tecnología incluso frente a alternativas fósiles como el gas natural.
Plataformas flotantes para eólica offshore en el proyecto WindFloat atlantic
Las plataformas flotantes representan la evolución natural de la eólica marina, permitiendo su instalación en aguas profundas donde las cimentaciones fijas resultan técnica o económicamente inviables. Existen diferentes conceptos tecnológicos (semisumergible, SPAR y TLP), cada uno con características específicas adaptadas a distintas condiciones marinas. Estos sistemas permiten pre-ensamblar completamente las turbinas en puerto, remolcarlas hasta su ubicación final y anclarlas al fondo marino mediante sistemas de cadenas y anclas, simplificando la logística de instalación.
El proyecto WindFloat Atlantic, situado frente a la costa portuguesa, constituye uno de los primeros parques comerciales con tecnología flotante. Sus tres plataformas semisumergibles soportan turbinas de 8,4 MW, totalizando 25 MW de capacidad instalada a 20 km de la costa y en aguas de aproximadamente 100 metros de profundidad. Los resultados operativos tras dos años de funcionamiento confirman factores de capacidad superiores al 50%, validando la viabilidad técnica y económica de esta tecnología. Este proyecto abre perspectivas extraordinarias para países como España, con limitadas plataformas continentales pero excelentes recursos eólicos marinos.
Sistemas híbridos eólico-solares en el complejo cerro dominador
Los sistemas híbridos que combinan energía eólica y solar representan una solución sinérgica para maximizar el aprovechamiento del recurso renovable y la infraestructura de evacuación. La complementariedad natural entre ambas fuentes (con la solar produciendo durante el día y la eólica con mayor intensidad en periodos nocturnos en muchas localizaciones) permite obtener perfiles de generación más estables y factores de utilización de la infraestructura eléctrica significativamente superiores. Esta hibridación puede reducir hasta un 30% los costes de interconexión por MW instalado.
El complejo Cerro Dominador en Chile representa un caso emblemático de hibridación renovable, combinando una planta fotovoltaica de 100 MW con una instalación termosolar de 110 MW dotada de almacenamiento térmico. Aunque no incorpora componente eólica, su concepto ilustra perfectamente los beneficios de la hibridación para lograr generación estable a partir de recursos variables. El sistema termosolar con 17,5 horas de almacenamiento complementa la generación fotovoltaica diurna, permitiendo suministrar energía renovable las 24 horas del día, un hito sin precedentes para tecnologías no hidroeléctricas.
Microrredes eólicas comunitarias y el modelo de siemens gamesa en galicia
Las microrredes eólicas comunitarias representan un modelo innovador que democratiza el acceso a la energía renovable, permitiendo que pequeñas comunidades o agrupaciones de usuarios gestionen sus propios recursos energéticos. Estos sistemas combinan generación eólica a pequeña escala (habitualmente con turbinas de 100 kW a 1 MW), sistemas de almacenamiento y gestión inteligente de la demanda, creando ecosistemas energéticos parcialmente autónomos. Su principal ventaja radica en la reducción de pérdidas por transporte, la resiliencia frente a fallos de la red principal y el empoderamiento de las comunidades locales como protagonistas de la transición energética.
El modelo desarrollado por Siemens Gamesa en Galicia (España) constituye un referente internacional en este ámbito. La compañía ha implementado cinco proyectos piloto en comunidades rurales gallegas, combinando aerogeneradores de 3 MW adaptados para operación comunitaria con sistemas de almacenamiento basados en baterías de ion-litio. Estas instalaciones permiten a las comunidades locales autogestionar hasta el 60% de su consumo eléctrico, con excedentes que se comercializan colectivamente. Lo más innovador del modelo es su estructura de gobernanza, donde los vecinos participan tanto en la inversión como en las decisiones operativas, creando un nuevo paradigma de prosumidores colectivos que está siendo replicado en otras regiones de la cornisa cantábrica.
Bioenergía y aprovechamiento sostenible de biomasa
La bioenergía representa una alternativa renovable con características diferenciales respecto a otras fuentes limpias: su condición de energía gestionable y almacenable intrínsecamente. A diferencia de la solar o eólica, la biomasa permite programar su generación independientemente de las condiciones meteorológicas, complementando perfectamente a estas tecnologías variables. El aprovechamiento energético de recursos biomásicos abarca un amplio espectro de tecnologías y fuentes: desde la combustión directa de residuos forestales o agrícolas hasta procesos bioquímicos como la digestión anaerobia para producción de biogás, o termoquímicos como la gasificación y pirólisis.
España y Latinoamérica cuentan con un extraordinario potencial en este ámbito debido a su importante sector agrícola y forestal. El aprovechamiento sostenible de estos recursos no solo genera energía renovable, sino que además contribuye a la gestión adecuada de residuos, la prevención de incendios forestales y el desarrollo rural. Sin embargo, la sostenibilidad resulta clave: el balance de carbono neutro solo se consigue cuando la explotación se realiza a un ritmo inferior a la regeneración natural, evitando prácticas que puedan generar deforestación o degradación de suelos.
Biogás procedente de residuos agrícolas en plantas como EDAR biogás campillos
La producción de biogás mediante digestión anaerobia de residuos agrícolas y ganaderos representa una solución doblemente beneficiosa para el sector rural: transforma un problema ambiental en un recurso energético valioso. Este proceso biológico descompone la materia orgánica en ausencia de oxígeno, generando una mezcla gaseosa compuesta principalmente por metano (50-70%) y dióxido de carbono. El biogás resultante puede utilizarse para generación eléctrica, térmica o, tras un proceso de upgrading, inyectarse en la red de gas natural como biometano, contribuyendo a descarbonizar el sector gasista.
La planta EDAR Biogás Campillos, ubicada en Málaga (España), constituye un ejemplo paradigmático de esta tecnología. Esta instalación procesa anualmente más de 120.000 toneladas de purines porcinos y residuos agrícolas de la comarca, con una capacidad instalada de 4,2 MW eléctricos. Además de la generación energética (que proporciona electricidad a unos 10.000 hogares), la planta ofrece una solución integral a la gestión de purines, un problema ambiental significativo en regiones con alta concentración ganadera. El digestato resultante del proceso se utiliza como biofertilizante, cerrando el ciclo de nutrientes y ejemplificando los principios de la economía circular.
Valorización energética de residuos forestales por ENCE energía
La valorización energética de biomasa forestal constituye una estrategia clave para la gestión sostenible de bosques y la prevención de incendios, especialmente en regiones mediterráneas donde el riesgo es particularmente elevado. Esta tecnología aprovecha residuos procedentes de podas, clareos y operaciones silvícolas, transformándolos en energía eléctrica y térmica mediante procesos de combustión controlada. Los sistemas más avanzados utilizan calderas de lecho fluidizado que optimizan la eficiencia de combustión y minimizan las emisiones, alcanzando rendimientos eléctricos superiores al 30%.
ENCE Energía, líder español en este sector, gestiona nueve plantas de biomasa forestal con una capacidad instalada superior a 266 MW. Su instalación en Mérida (Extremadura) representa un modelo de referencia: con 20 MW de potencia, procesa anualmente más de 160.000 toneladas de biomasa procedente de residuos agrícolas y forestales en un radio de 100 km. La planta implementa un riguroso sistema de trazabilidad que garantiza la sostenibilidad de los recursos utilizados, excluyendo explícitamente materiales que pudieran proceder de deforestación. Además, sus instalaciones incorporan tecnología DeNOx
y sistemas de filtración avanzados que reducen las emisiones muy por debajo de los límites normativos europeos.
Biocombustibles avanzados de segunda generación y el proyecto babilafuente
Los biocombustibles avanzados o de segunda generación representan la evolución sostenible de los biocarburantes, superando las principales críticas a los de primera generación relacionadas con la competencia con cultivos alimentarios. Estos nuevos combustibles se obtienen a partir de residuos agrícolas, forestales o urbanos, o bien de cultivos específicamente energéticos que no compiten por tierras fértiles. Las tecnologías más prometedoras incluyen procesos bioquímicos para obtención de bioetanol celulósico y procesos termoquímicos para biodiésel sintético, ambos con balances energéticos y ambientales significativamente mejores que sus predecesores.
El proyecto Babilafuente, desarrollado en Salamanca (España) por Abengoa Bioenergía, constituyó la primera planta comercial europea de bioetanol celulósico. Con una capacidad de producción de 5 millones de litros anuales, la instalación procesaba principalmente paja de cereal mediante un innovador proceso de hidrólisis enzimática. A pesar de que la planta cesó operaciones en 2019 debido a dificultades financieras de la matriz, su legado tecnológico ha sido fundamental para el desarrollo del sector. Actualmente, empresas como Enerkem están implementando en España nuevos proyectos basados en gasificación de residuos sólidos urbanos para producción de metanol y etanol sintéticos, que pueden utilizarse tanto como combustibles como materias primas para la industria química, ejemplificando la integración entre transición energética y economía circular.
Integración de energías renovables en redes inteligentes y sistemas híbridos
La integración efectiva de las energías renovables en el sistema eléctrico representa uno de los mayores desafíos técnicos de la transición energética. A medida que la penetración de tecnologías variables como la solar y eólica aumenta, se hace imprescindible evolucionar desde un modelo de generación controlable que sigue a la demanda, hacia un sistema flexible donde oferta y demanda se coordinan dinámicamente. Las redes inteligentes o smart grids constituyen la columna vertebral de esta transformación, incorporando digitalización, comunicación bidireccional y automatización avanzada para gestionar la complejidad creciente del sistema.
Los sistemas híbridos representan otra pieza fundamental en este nuevo paradigma, combinando diferentes tecnologías renovables con sistemas de almacenamiento para proporcionar suministro estable y gestionable. La complementariedad natural entre distintas fuentes (por ejemplo, solar y eólica) permite aplanar la curva de generación, mientras que el almacenamiento gestiona los desajustes puntuales. Estos sistemas pueden configurarse tanto a escala de red, con grandes instalaciones interconectadas, como en microrredes aisladas o semiconectadas que proporcionan resiliencia local. La hibridación no solo mejora la fiabilidad del suministro, sino que optimiza la rentabilidad al compartir infraestructuras de evacuación y reducir la necesidad de respaldo convencional.
El concepto de Virtual Power Plant (VPP) o central eléctrica virtual representa la evolución lógica de estos sistemas, agregando y coordinando múltiples recursos distribuidos (generación renovable, almacenamiento y gestión de demanda) para que actúen como una entidad única frente al sistema. Estos sistemas aprovechan algoritmos avanzados de inteligencia artificial para predecir generación y demanda, optimizando en tiempo real la operación del conjunto. Proyectos piloto en España como el desarrollado por Iberdrola en País Vasco, que integra 20 MW de recursos distribuidos, demuestran su potencial para proporcionar servicios de ajuste al sistema eléctrico con fiabilidad comparable a las centrales convencionales.
Marco regulatorio y políticas de incentivos para la transición energética
El desarrollo acelerado de las energías renovables no responde únicamente a avances tecnológicos y reducción de costes, sino también a marcos regulatorios favorables que han creado el entorno propicio para su expansión. Las políticas de apoyo han evolucionado significativamente, desde los primeros sistemas de tarifas garantizadas (feed-in tariffs) hasta los modernos mecanismos de subastas competitivas. Esta evolución refleja la madurez creciente del sector, que ha pasado de requerir subsidios directos a competir en condiciones de mercado con mínimo respaldo para mitigar riesgos a largo plazo.
Los objetivos climáticos han sido catalizadores fundamentales para este desarrollo normativo. El Acuerdo de París y sus sucesivas actualizaciones han impulsado compromisos nacionales cada vez más ambiciosos, que se traducen en hojas de ruta para la transición energética. En Europa, el Pacto Verde y su operacionalización a través de los objetivos "Fit for 55" establecen un marco coherente que ya ha comenzado a transformar radicalmente el panorama energético del continente. En Latinoamérica, aunque con diferentes velocidades, países como Chile y Colombia han establecido objetivos ambiciosos de descarbonización que están impulsando reformas regulatorias profundas.
Plan nacional integrado de energía y clima (PNIEC) 2021-2030
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) constituye la hoja de ruta de España para la transición energética durante la década actual, estableciendo objetivos ambiciosos pero realistas para la transformación del sistema energético. El documento establece como meta para 2030 una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 23% respecto a 1990, una participación de renovables del 42% sobre el uso final de energía y del 74% en generación eléctrica, además de una mejora del 39,5% en eficiencia energética. Para alcanzar estos objetivos, el plan prevé la instalación de 60 GW adicionales de potencia renovable (principalmente solar y eólica) y contempla una inversión total superior a 240.000 millones de euros, de los cuales un 80% procedería del sector privado.
Más allá de las cifras globales, el PNIEC destaca por su aproximación integral, abordando simultáneamente descarbonización, eficiencia, seguridad energética, mercado interior e investigación. El plan reconoce explícitamente el concepto de transición justa, con medidas específicas para mitigar impactos socioeconómicos en regiones afectadas por el cierre de instalaciones convencionales, como las cuencas mineras. Además, incluye un detallado análisis de impacto macroeconómico que proyecta la creación de entre 250.000 y 350.000 empleos netos anuales derivados de la transición, confirmando el potencial de las renovables como motor de desarrollo económico.
Subastas renovables y sistemas de certificados de origen
Las subastas renovables han emergido como el mecanismo de referencia para impulsar nueva capacidad de generación limpia de forma competitiva y con mínimo impacto presupuestario. Este sistema ha evolucionado significativamente en la última década, desde las primeras subastas que asignaban primas fijas sobre el precio de mercado, hasta los modernos esquemas de contratos por diferencias (CfD) que estabilizan los ingresos de los proyectos sin garantizar sobrerremuneraciones. El modelo de CfD establece un precio garantizado a largo plazo (habitualmente 12-15 años); si el precio de mercado es inferior, el generador recibe la diferencia, pero si es superior, devuelve el exceso, creando un mecanismo virtuoso que protege tanto a inversores como a consumidores.
Las subastas renovables españolas de 2021-2022 adjudicaron más de 6 GW de nueva capacidad con precios medios en torno a 30 €/MWh para solar y 33 €/MWh para eólica, niveles extraordinariamente competitivos que reflejan la madurez tecnológica del sector. Complementariamente, los sistemas de certificados de origen proporcionan un mecanismo para que empresas y consumidores puedan acreditar el consumo de electricidad renovable, creando un valor adicional para estas tecnologías a través de la demanda voluntaria. En España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) gestionó en 2022 certificados por más de 110 TWh, reflejando el creciente interés corporativo por el greenwashing
genuino y estrategias de descarbonización verificables.
Comunidades energéticas y autoconsumo colectivo según el RD 244/2019
Las comunidades energéticas y el autoconsumo colectivo representan modelos innovadores que democratizan el acceso a la energía renovable, permitiendo que grupos de ciudadanos, pymes o entidades locales se conviertan en protagonistas activos de la transición energética. El Real Decreto 244/2019 estableció en España el marco regulatorio para estas figuras, definiendo modalidades de autoconsumo con excedentes compensados y habilitando configuraciones de proximidad que permiten compartir instalaciones entre múltiples consumidores. Esta normativa, pionera en Europa, ha removido barreras históricas a la generación distribuida, simplificando trámites administrativos y estableciendo el derecho ciudadano a producir, consumir, almacenar y vender su propia energía renovable.